¡Mejor con música! o cómo la radio nos acerca y nos divierte.

Autora: Gema Muñoz Esquivel de RadioPicu, IES San Roque de Badajoz

Las circunstancias especiales post-covid, la necesidad de trabajar la competencia emocional de nuestro alumnado, las ganas de recuperar la alegría de los recreos del “insti” y la suerte de contar con un espacio nuevo de RadioPICU, que acercaba aún más la radio a nuestro alumnado, nos permitió crear y llevar a cabo una experiencia que comenzó siendo “piloto” y se volvió imprescindible cada martes de aquel curso y de los siguientes. 

Porque martes comienza con “M” de Música, y, porque la música es el mejor rescatador emocional que existe, por eso, ¡Os invitamos a que conozcáis nuestros proyecto de cerca y que disfrutéis de la lectura tanto como nuestros alumnos lo hacen con la radio!

Volver al “insti” después de aquello no fue fácil. Algunos llevaban casi medio año sin verse, y, todos traían consigo la incertidumbre de la “nueva era”, aquella que nos obligaba a cumplir mil medidas, y nos hacía renunciar a lo natural; a comunicarnos sin barreras que nos taparan a la mitad, a los abrazos, al contacto físico, a sentirnos acotados en los recreos o a no poder juntarnos con nuestro amigo del alma porque resultaba que no estaba en nuestra clase…aulas burbujas, las llamaban.

¡Y cómo afectó todo aquello a nuestro alumnado! 

Si antes de todo eso, trabajar la competencia emocional era importante, después se había vuelto prioritario. 

Desde el comienzo del curso 20-21 nos propusimos atender a las necesidades emocionales de los más importantes, nuestros alumnos. Lo hacíamos de manera transversal, en cada clase, con cada materia, y, más específicamente a través de la acción tutorial, en cada sesión de tutoría. Era difícil atender al desarrollo socioemocional llevando a cabo dinámicas y juegos mientras manteníamos dos metros de distancia de persona a persona.

Sucedió también durante el comienzo de ese curso, que el coordinador de la radio del IES San Roque actualizó RadioPICU, creando un espacio acogedor en un lugar inutilizado del centro, preparando “cachivaches”, cables y micrófonos para que nuestra radio se escuchara en todas las zonas del centro y fomentando el uso de esta herramienta para que todos aprendiéramos…y enseñáramos.

Luego estaba el tiempo de patio…habíamos pasado de un patio lleno de energía a un patio dividido por grupos, monótono y aburrido, donde el tiempo pasaba sin que nada ocurriera.

La frase dice así, “Compartir es vivir”. Y de ahí, de ideas compartidas y trabajo compartido, fue como le dimos vida a nuestra idea.

Detectamos la necesidad de trabajar habilidades sociales, y, se planteó hacerlo desde la acción tutorial. Dentro del programa a implementar, uno de los objetivos que nos planteamos fue trabajar la habilidad de “hacer cumplidos”. La idea era trabajar esta habilidad en cada tutoría, explicando a los alumnos el efecto que un cumplido generaba en cada uno de nosotros y lo importante que era saber cómo y cuándo podríamos realizarlos de la manera adecuada. 

Pensamos que esta tarea podría ser mucho más divertida si la hacíamos a través de mensajes radiofónicos y utilizando la música.

¿Recordáis esos programas de dedicatorias musicales que llenaban el tiempo de radio allá por los 90s?  Pues eso fue lo que hicimos. 

Teníamos las herramientas, las ganas y la valentía de crear radio en directo. Además, era una manera divertida de dinamizar los recreos acercando la radio a toda la comunidad educativa.

Estrenar un programa suponía un trabajo previo intenso. Trabajo que recayó en los profes y en los alumnos.

Lo primero era trabajar en tutoría la habilidad de “hacer cumplidos”, porque no todo vale cuando se trata de dirigirnos a los demás. 

Cada tutor trabajó con su clase esta habilidad proporcionando pautas precisas y utilizando dinámicas de grupo. Todo esto terminaba realizando un cumplido real a alguien real. Cada alumno podría decir algo bueno a alguien a través de nuestro programa de radio en directo.

Para ello, nuestro grupo de “radio alumnos”, crearon “el buzón de peticiones”, que sería el buzón de recepción de peticiones semanales, y voluntariamente, acudieron a cada clase recopilando las primeras peticiones.

Después nos tocaba realizar “el trabajo invisible”, ese que no se ve, pero que era fundamental para que todo saliera perfecto. 

Nuestros chicos se convirtieron en creadores de programas de radio semanales.

Fueron seleccionadores de contenido, leyendo, analizando y seleccionando las peticiones que se presentarían en nuestro primer programa (descartando las palabras no adecuadas y la música no adecuada).

Fueron diseñadores del cartel del programa.

Hicieron de redactores del programa y, por supuesto, ¡de locutores de radio en directo! Incluso hubo alguno que se animó, en programas posteriores, a hacer de controlador de sonido.

¡Un trabajo excepcional que daría sus frutos a corto, medio y largo plazo! 

El primer programa fue un éxito, una llamada a la participación de más alumnos, a implicar a profesores y a personal del centro, y, una motivación nueva que promovía el interés de todos.

Nuestros primeros locutores estaban un poco nerviosos,pero lo hicieron genial y tanto gustó aquello, que los martes se convirtieron en el día favorito de muchos y la lista de alumnos voluntarios para participar cubría el curso escolar hasta junio.

Después de este primer programa, gestionamos la temporalización de los grupos con los que trabajaríamos cada semana para seguir dinamizando cada martes con “M de Música” .

De martes a martes, los “radio-alumnos” ocupaban sus recreos preparando el siguiente programa; se encargaban de leer y organizar peticiones, buscar música, redactar guión y hacer de locutores en directo de SU programa.

Programa que traspasaba los muros del centro y que retransmitíamos a través de internet a familias y amigos para que siguieran el proyecto de cerca.

Las últimas semanas de curso, nuestros chicos pedían ampliar un día más el programa musical. Ese era el mejor criterio para evaluar que el proyecto funcionaba. Recibíamos también mensajes de familias, profes, amigos,… ¡otro buen criterio para saber que la cosa gustaba!

Conseguimos atender a las necesidades que surgieron haciendo protagonistas a nuestros alumnos.

Acercamos la herramienta de la radio a los chicos, consiguiendo que ellos pidieran el recurso de la radio para aprender, creando también programas para trabajar contenido curricular de otras materias.

E involucramos a toda la comunidad educativa en algo que, siendo sencillo, aunque costoso, les mantuvo unidos en la distancia ante la adversidad.

Fueron los alumnos los que solicitaron dinamizar los recreos con música en el curso siguiente, pero, la suerte nos dió de lado…y lo que era bueno para el centro, se convirtió en una piedra en el camino para nuestro programa más exitoso. 

Comenzaron obras muy esperadas desde hacía tiempo que obligaron a reacondicionar espacios y reubicar recreos. El sonido que hacía la maquinaria y la reorganización no permitía emitir en directo, por lo que tuvimos que adaptarnos y realizar una parada obligada de las emisiones del programa. 

Durante este tiempo, seguíamos trabajando desde tutoría, y, utilizábamos algunos recreos para seguir preparando los futuros programas que retomaríamos en cuanto las obras nos dejasen. Finalmente fue posible, y…los últimos meses de curso volvimos a la carga con los directos de nuestro programa más esperado. Algo que funciona y acerca a las nuevas generaciones el valioso recurso de la radio educativa debía seguir presente.

La aventura la comenzamos, allá por el curso 2020-2021, José Antonio Rodríguez Fariña (Profesor de E.F. y coordinador de RadioPICU) y Gema Muñoz Esquivel (Orientadora ACTIVATE), que pasó el testigo, en 2021-2022, a M.Isabel García Soto (Profesora de Geografía e Historia) para que la música no dejara de sonar.

“Donde las palabras fallan, la música habla”. Hans Christian Andersen