Hoy, 27 de marzo, es el Día Internacional del Teatro y en el Instituto lo hubiéramos celebrado por todo lo alto asistiendo a la clausura del este Festival Juvenil Europeo de Teatro Grecolatino que nunca se ha visto interrumpido en 23 años de historia. Los profes, en la hora del recreo hubiéramos llevado a nuestros alumnos al Teatro romano para asistir a la representación de la obra que el grupo de teatro de Profesores tenía ya preparada.
Las circunstancias han hecho que festejemos este día en casa. A nuestra mente llegará el hermoso escenario del Teatro romano, el graderío, las caras de nuestros alumnos, sus risas, sus miradas. Con más añoranza que nunca echaré de menos ese momento: la clausura de un Festival que no se llegó a inaugurar por unos alumnos, los del Taller de teatro del Instituto, que tenían magistralmente preparada la obra.
Veintitrés años de historia sin interrupciones, solo la lluvia algún día nos amenazó en ediciones previas. Bendita lluvia.
Hoy es el Día del teatro y me hubiera encantado hacer una lectura dramatizada con mis alumnos en clase. No sé por qué se me viene a la cabeza Picnic de Fernando Arrabal, quizá porque saltarse las reglas les lleva a sucumbir en esa guerra que previamente habían ridiculizado. Mejor no hacer burla a este encierro que nos mantiene aislados de nuestros seres queridos, de nuestros alumnos -a los que tanto nos une-, de nuestros compañeros y amigos -a los que tanto queremos.
Celebremos el día del Teatro con una lectura, con la visualización de una obra en ese Estudio 1 que tanto hizo por nuestra afición a este género. Hagámoslo así, caminando en la misma dirección hacia nuestro encuentro cuando finalice esta clausura.
