Una infancia rodeada de libros; abuelos enganchados a sagas del oeste; libros prohibidos, deseosos de ser devorados por una niña ávida de aventuras; y periódicos, muchos periódicos en las manos de su padre cada día. Así fue la nutrición de esta lectora amiga que hoy viene a contarnos su historia de amor con los libros. Gracias, Carmen Galán, por tu entusiasmo y por compartir con nosotros esos secretos tan entrañables. Ojalá nuestros alumnos descubran al escucharte que aún están a tiempo.
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