CANCIONES CON HISTORIA. 01×01 LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN.

Coincidiendo con la conmemoración del 30 aniversario de la caída del muro de Berlín, lanzamos este programa piloto en SF Radio, la radio educativa nuestro instituto. Pretende marcar el inicio de una trayectoria que deben continuar los alumnos de Historia del Mundo Contemporáneo.

Intentaremos en estos programas cuestionar lo que dice Sting en la sintonía que suena como cabecera History will teach us nothing, o sea que la Historia no nos enseñará nada.

Quizás la canción que más se asocie al muro de Berlín, erróneamente por cierto, es Another Brick in the Wall (Otro ladrillo en el muro), del grupo de rock sinfónico británico Pink Floyd. Y es que esta canción en realidad habla de la dureza del sistema educativo británico, aunque muchos vieron en ella un canto de libertad para la caída del muro. En la actualidad Another Brick in the Wall se utiliza como canción de protesta por quienes se oponen a la existencia en Cisjordania de una barrera creada unilateralmente por Israel.

La canción está dividida en tres partes, aunque la más conocida es la que escuchamos, la segunda. Pertenece al disco The Wall, del año 1979. Tres años después, en 1982, el director Alan Parker se basaría en este disco para realizar una película de culto, que es a la vez una original y perturbadora ópera rock.  Película que, desde luego, no deja indiferente a quien la ve; y que contiene interesantes referencias históricas, como las animaciones de una pesadilla basada en los bombardeos alemanes sobre Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial, o la alegoría de los martillos, símbolo del fascismo en la película.

Roger Waters, bajista y líder carismático de Pink Floyd protagonizó un macroconcierto en la Postdamer Platz de Berlín en 1990, pocos meses después de la caída del muro, lo que terminó por asociar definitivamente la canción al muro de la capital alemana. Termina ese concierto con un gigantesco cataclismo, que derrumba el muro y se abre un mundo nuevo.

Ya que, amigo, has revelado 

tu miedo más profundo, 

sentencio que estés expuesto a tus iguales.

¡Derriben el muro!

La segunda canción elegida es de otro peso pesado del rock, el camaleónico David Bowie y su canción Heroes, de 1977. Forma parte del disco homónimo, el duodécimo de estudio en su ya por entonces dilatada carrera. Pertenece a la denominada Trilogía de Berlín, uno de los periodos más prolíficos de su obra musical. Y es que Bowie se trasladó a la capital alemana entre 1976 y 1978 para desintoxicarse de su adicción a la heroína y alejarse de la vida autodestructiva que llevaba en Los Ángeles. Compuesta en colaboración con Brian Eno, cuenta la historia de dos amantes que se encontraban a hurtadillas junto al Muro. Años después, Bowie acabó por reconocer que se trataba de una relación clandestina de uno de los productores de la canción con una joven alemana.

No tenía un sentido político cuando se lanzó; es más, pasó casi desapercibida. Pero en 1987 Bowie ofreció un concierto en Berlín Occidental, en un escenario junto al muro, lo que posibilitó que -aunque no pudieran verlo- miles de jóvenes de la Alemania Oriental se acercaran a escucharlo. Frases como “Podríamos ser héroes, solo por un día” o “podemos ganarles, de una vez para siempre” alcanzaron una nueva dimensión y se convirtieron en lemas de resistencia para aquellos alemanes.

Y tras Bowie llega el turno del también genial y extravagante Elton John. Nikita es una canción de 1985 que habla de un amor imposible: el narrador está enamorado de un guarda del muro de Berlín y sabe que su relación es imposible porque viven en distintos lados de la ciudad. Era la época en que Elton John aún no había reconocido abiertamente su homosexualidad. Bernie Taupin, el inseparable letrista de las canciones de Elton, afinó con esta historia que transmite un mensaje de libertad en plena Guerra Fría.

Después de su lanzamiento, la canción se vio envuelta en cierta polémica. Y es que, en algunos países de Europa del Este, sobre todo en Rusia, el nombre Nikita se emplea para los hombres. Pero el videoclip de la canción eliminó cualquier atisbo de polémica: el protagonismo lo tiene una mujer que pertenecía al ejército de la Alemania Oriental.

La cuarta melodía escogida es un tema en castellano que seguro has oído mil veces. Nino Bravo interpreta Libre. Esta canción está dedicada a la primera víctima por cruzar el muro de Berlín: el joven de 18 años Peter Fechter, que quería huir del comunismo saltando el muro y que fue abatido a tiros el 17 de agosto de 1962. El tema es todo un himno a la libertad alumbrado, curiosamente, cuando el franquismo ya estaba próximo a su fin, en 1972. “Libre, como el ave que escapó de su prisión, y puede al fin volar”, dice la canción; un verso universal, válido para cualquier tipo de opresión. Menos de un año después de esta grabación, Nino Bravo murió en un accidente de tráfico, cuando estaba en la cima de su carrera musical

Y volvemos al rock para la última de las canciones seleccionadas. No podía ser otra que Wind of Change, el Viento de Cambio de la banda Scorpions. Unos meses antes de la caída del muro, en verano de 1989, las reformas del presidente soviético Mijail Gorbachov posibilitaron la celebración del Festival de la Música y la Paz, un concierto de rock en Moscú, un evento memorable en el que participaron los alemanes Scorpions. A Klaus Meine le cautivó tanto la experiencia que le inspiró esta canción. En ella habla de sus paseos por Moscú, del viento de cambio que él podía sentir en aquella noche, de una noche de gloria, de hermandad, de guitarras occidentales unidas a las balalaikas rusas… Scorpions abrió junto a Rogers Waters el macroconcierto conmemorativo de la caída del muro que mencioné al principio

Como epílogo, para despedir el programa, dos anécdotas que merecen la pena y que tienen como protagonista a la música clásica. Nada más conocerse la noticia de la caída del muro de Berlín, el violonchelista ruso Mstislav Rostropovich coge su violonchelo y toma el primer vuelo hacia la ciudad alemana. Una vez allí, pide prestada una silla y se pone a tocar a los pies del muro que había sido símbolo de división. La pieza escogida fue la Zarabanda de la segunda Suite de Johann Sebastian Bach. Un momento histórico emocionante que plantea un homenaje a través de la música a las 79 personas que perdieron su vida intentando cruzar el muro.

También el director judío norteamericano, Leonard Bernstein ofreció un concierto con la filarmónica de Berlín en diciembre de 1989, con la ciudad ya unificada. Mientras interpretaba la celebérrima Novena Sinfonía de Beethoven introdujo un curioso cambio: en la Oda a la Alegría, con la que termina la obra, se cambió la palabra alegría (Freude en alemán), por libertad (Freiheit). El resultado fue una grabación única, que representa este momento histórico

Y hasta aquí este programa piloto. La primera entrega grabada por alumnos ya está en marcha… aunque ellos aún no lo sepan