Emisora del CEIP Patriarca San José, de Fuentes de León

«UN CIELO PREHISTÓRICO»

El monumento natural de las cuevas de Fuentes de León, ha sido seleccionado por la red de Miradores Celestes y senderos nocturnos de Extremadura. A continuación, os presentamos un audio cuento/leyenda que hemos elaborado para participar en la estrategia «Extremadura, buenas noches» que presenta la Junta de Extremadura y que pone en valor los cielos nocturnos de nuestra región, así como las sensaciones que proporciona la noche en un entorno natural.

En el hermoso entorno de la localidad de Fuentes de León, al sur de Extremadura, podemos encontrar un impresionante conjunto de cuevas del periodo paleolítico, que las convierten en un referente para la prehistoria y la paleontología de la Península Ibérica.

Los materiales encontrados en ellas nos hablan de un santuario y de un espacio funerario que fue utilizado durante el Neolítico y la edad del Cobre. Por estas cuevas han pasado diferentes culturas, como los pueblos autóctonos anteriores a la romanización de la península o los propios romanos; unos y otros depositaron allí sus ofrendas.

Cuenta la leyenda que, tras el Paleolítico, cuando las tribus eran cazadoras y recolectoras y practicaban el nomadismo, tuvo lugar un cambio climático y cultural en la sociedad de aquellos tiempos. Esto dio paso al periodo del Neolítico, de modo que aquellos pueblos comenzaron a interesarse por encontrar refugio y así asentarse en un lugar determinado.

Y fue así que, justo en estas cuevas, se asentó la tribu Astral, liderada por “El señor de los cielos”. Su modo de vida se basaba en la agricultura y la ganadería, actividades que desarrollaron alrededor de las propias cuevas. 

Sin embargo, poco a poco, con el paso de los días y las noches, fueron desarrollando una mejor organización y decidieron en su tiempo libre expresar simbólicamente su cultura, a través de figuras zoomorfas de arcilla y pinturas rupestres en las paredes de las cuevas que habitaban. Estas obras de arte no solo representaban animales salvajes, sino que también delimitaban constelaciones de estrellas en el cielo nocturno y se usaron para mostrar fechas y para marcar eventos, como las lluvias de cometas que solían producirse en momentos puntuales y reiterados.

Dicen que uno de los motivos por los que la tribu Astral eligió estas cuevas fue por la gran visibilidad del cielo que ofrecía el entorno. 

En las noches de luna llena, el líder de la tribu, “El señor de los cielos”, realizaba un ritual a los dioses, en el que les ofrecía esas figuras de arcilla en la que tanto trabajaban los hombres y mujeres del clan. A cambio, los dioses les enviaban “betilos”, piezas meteoríticas que descendían de los cielos y caían a la tierra. Los miembros de la tribu las llamaban “piedras de rayo” y las almacenaban en la Cueva del Agua, que era su lugar sagrado.

Con el paso del Neolítico a la Edad de los Metales, la tribu Astral tuvo que abandonar la cueva y anduvo errante en busca de un nuevo asentamiento. Pero, no se fueron del todo. Se dice que, desde entonces, cada noche de luna llena, se pueden observar los betilos cayendo del cielo, formando una lluvia de estrellas que se puede ver en la Cueva del Agua, en honor a los antepasados que un día la habitaron.

 CEIP PATRIARCA SAN JOSÉ (Fuentes de León)

Paloma González Sánchez.