Emisora de radio educativa del IES VIRGEN DE GRACIA (OLIVA DE LA FRONTERA)

II FASE DE LOS RELATOS ENCADENADOS 2022

IES VIRGEN DE GRACIA (OLIVA DE LA FRONTERA)

Ya podéis participar en la II Fase de los Relatos Encadenados y aprovechamos para compartir una buena noticia, ya que en la categoría de secundaria han sido ganadora y finalista dos alumnas del IES Virgen de Gracia, Julia del Arco Ramiro de 2º ESO y Carmen Estévez de 4º ESO.

Si queréis escuchar el podcast que los compañeros del IES Vía Dalmacia de Torrejoncillo han grabado con los relatos ganadores y finalistas de esta primera fase de las cuatro categorías que hay, pinchad en el enlace que adjunto a continuación. Además escucharéis la entrevista que le han hecho a nuestra profesora Gema Cid Masero, responsable de la biblioteca y del programa Librarium.

  • Ganadora: Julia del Arco Ramiro de IES Virgen de Gracia, de Oliva de la Frontera, Badajoz  con el relato titulado «La huida”.

Cualquiera en mi situación diría que la mala suerte me persigue. Soy Paris Jones y estoy acusada por asesinato. Mi exmarido me acusó de asesinar a mi hermano y de serle infiel. De esas dos afirmaciones hay una que no es cierta… yo no asesiné a Oliver. Ahora estoy en el bosque corriendo para huir de mi país; tengo a los policías a mis espaldas persiguiéndome; hace tan solo unos segundos me he caído, y ahora, aparte de llevar mis pelos enloquecidos, llevo también mis pantalones ensangrentados. Me iba a rendir, juro que iba a dar la vuelta y… cuando de repente, vi el Lamborghini de Connor. -Pensaba que no llegabas- dijo él. -Sácame de aquí por favor- dije acercándome a sus labios para besarle. Quizás, Connor me había servido para algo más que para romper mi matrimonio. Lo único que tenía seguro, es que mi suerte iba a cambiar”.

  • Finalista:  Carmen Estévez Lebrato de IES Virgen de Gracia, de Oliva de la Frontera, con el relato titulado «Una vez más” .

«Cualquiera en mi situación diría que la mala suerte me persigue y sí, tendría razón, porque yo atrapo la mala suerte de los demás. Una vez más el sudor brotaba de mi frente, la sangre me rodeaba y trataba de calmar los nervios. La calma era importantísima y decisiva en esos instantes. Como lo era el apoyo de quienes me acompañaban, ¡formábamos un gran equipo! Necesitaba concentración pero eso no evitó que recordase el día que tomé aquella importante decisión sobre mi futuro. Como no era el mejor momento para los recuerdos, los acomodé en mi mente dispuesta a rescatarlos en otro instante. La estancia estaba fría pero yo seguía sudando. Después de seis horas esbocé una sonrisa y salí al pasillo dejando tras de mí el quirófano. Mis manos de cirujana, una vez más, habían salvado una vida».