Emisora de radio educativa

Escritura y fotografía: la Naturaleza como fuente de expresión.

La escritura y la fotografía son recursos que los seres humanos podemos utilizar para expresar y transmitir nuestros sentimientos.

En ocasiones, la palabra oral -efímera e inconsistente- no basta para comunicar una idea o un estado de ánimo que, sin embargo, discurren y calan a través de la palabra escrita -como el cálamo y la tinta-.

Otras veces, son las imágenes las que, sin necesidad de palabras, hacen aflorar las emociones.

Si bien, puede darse el caso en el que la combinación de palabra e imagen son la conjunción perfecta para expresar creativamente nuestros sentimientos.

Uno de los objetivos de nuestro proyecto de centro es aprender a partir del entorno natural y social más próximo. Aprender no es sólo memorizar conocimientos, sino también desarrollar y aplicar destrezas, habilidades y valores. Asimismo, aprender es comprender la realidad, ya sea la del cosmos, la de nuestro planeta, la de nuestro espacio más cercano o la nuestra personal.

También hay que aprender a aprender y, para ello, hay que andar por la vida con curiosidad, con los ojos y la mente bien abiertos. Sólo así podremos descubrir, conocer, gestionar y valorar la belleza y la fealdad, las alegrías y las penas, las luces y las sombras… que son expresiones de la vida misma.

A continuación, os ofrecemos unos textos, imágenes y declamaciones sólo posibles si se tiene unos ojos curiosos. Todos son obra de Koldo Moreno Rodríguez, alumno del Nivel II – Módulo II de ESPA.


Y es en la soledad de la noche,

mirando al cielo,

donde disfruta de su paso por la Tierra.

Parece estar solo,

pero es el cobijo de miles de animalitos…

A veces… la compañía…

no se tiene porqué dar

entre los de la misma especie.

Koldo Moreno

El sonido de fondo (forest night sounds) ha sido obtenido en sounds-mp3.com como efecto gratuito.

Estamos en otoño…

en la dehesa de Santa Cruz.

Pero es demasiado pronto 

para que haya perdido todas las hojas.

No es un árbol seco…

Es un árbol viejo.

Y cuando digo viejo, 

lo digo con todo el cariño del mundo.

Es un árbol que ha vivido 

el equivalente de varias vidas humanas.

Un árbol que ha visto el ir y venir de la gente 

al sitio en el campo donde está.

Un árbol que ha vivido 

el trasiego del camino 

junto al que se encuentra.

Un árbol que ha recibido, 

durante cientos de años, 

miles de litros de agua de lluvia 

como si de conocimiento se tratase.

Y otros tantos de años, 

miles de horas de sol recargando energía.

Y en ese proceso de la fosforescencia 

se encuentra ahora… 

En el de soltar lentamente 

la energía acumulada.

De mirar cansado…

Sin sorpresas…

Porque lo ha visto todo…

como abuelo que es.

Sabiamente…

Como sabio que es.

Koldo Moreno

Tema de fondo: Just Relax, música de Lesfm de Pixabay, bajo licencia CC0.

Era evidente que vivió tiempos mejores… A pesar de ello, se negó a bajar la cabeza, a ocultar su rostro por vergüenza al qué puedan decir. Su vejez iba a ser tan digna o más que la vida que había vivido. Se había comprometido con ella misma.

Las arrugas marcaban el paso de una vida dura, y esa vida la hizo fuerte. La marcas en su piel, los días que pasó a la intemperie de sol, frío y lluvia… Pero eso la daba para contar historias, muchas de ellas, increíbles. Como la de aquel rayo que le cayó encima y que, a pesar de ello, seguía viva… 

Solamente se estremecía por una cosa, y era cuando había tormentas. Por lo demás, la lluvia la toleraba muy bien. Le recordaba a esas duchas interminables, en las que nada ni nadie la molestaba.

Eran los huecos de su cuerpo… los sinsabores de personas que pasaron por su vida y dejaron un espacio vacío difícil de llenar. Las extremidades cortadas…, historias que terminaron al poco de empezar y que, aún así, dejaron huella.

Siempre le dijeron que por qué permitía esas cosas; que se quitara los pájaros de la cabeza. Lo que no sabían aquellas voces exteriores es que, a ella, lo que más le gustaba era precisamente eso… LOS PÁJAROS EN LA CABEZA y cómo, con el tiempo, iban anidando ahí, en ella, porque se sentían a gusto.

Todo el mundo le decía cómo hacer las cosas. Ella asentía a modo de aprobación y, luego, hacía lo que le venía en gana. Siempre fue muy suya y, ahora… en este momento…, no iba a dejar de serlo. Sabía que su momento estaba acabando, pero quería hacerlo con dignidad y fiel a sí misma, erguida -que no altanera-, con la mirada clavada en el cielo, la cabeza muy alta como lo que siempre fue… Una gran señora -¡de campo, sí!- PERO LA SEÑORA DE LA DEHESA.  

Koldo Moreno

Fondo: Efecto de sonido gratuito (ambiente charca grillos), obtenido en sfx.freeaudiolibrary.com

Utilizaré como espejo los charcos del camino.
Me obligaré a mirar en ellos, 
cada vez que me encuentre uno,
para buscar en el fondo 
los ojos del que rehuyó el encuentro.

Caminaré erguido... 
o doblado, 
o torcido, 
como me dé la gana,
porque solo yo soy mi dueño.

Observaré el sonido de mis pies al pisar, 
deambulando.
Me giraré para ver el camino hecho...
referencia para otras personas 
de lo que sí y lo que no.

Cuando me agote, 
descansaré donde pueda...
En un cancho, 
apreciando su forma;
en la tierra tumbado, 
disfrutando del cielo que me arropa;
al borde de un camino, 
observando los pasos dados;
recostado en una encina 
o en unas taramas de jara, 
sintiendo su tacto.

Cuando esté sediento 
calmaré la sed con agua de los regatos, 
de las fuentes manantiales.
Me rebozaré por el barro,
me arrastraré por el estiércol, 
para sentir y no olvidar que venimos... 
de las entrañas,
de la sangre compartida, 
de fluidos y heces. 
De gritos de alegría 
aunque muchas veces 
de tristeza y con lágrimas 
en los dos escenarios.


Me limpiaré con hierbas verdes 
y eliminaré la humedad con pasto seco.
Me perfumaré con tomillo, con romero, 
con el aire, con el sol, con el olor a campo.
Me pondré mi jersey de lana favorito...
el más caliente y el más suave
y, así, vestido de domingo, 
me adentraré en las zarzas más frondosas 
para arrancarme todo apego material y emocional.

Saldré malherido, 
pero renovado .
Buscaré barro 
para aplicarme en las heridas profundas, 
como si de tirita o gasa, 
venda y esparadrapo se tratase.
En un recoveco de las piedras, 
a modo de cueva, 
lameré las superficiales. 
Como hacen los animales 
cuando están heridos.

Utilizaré las lagrimas 
para lavarme la cara y así recordar...
recordar que se puede llorar 
de tristeza y pena, 
pero también de alegría. 
Y que, en mí...
está la elección de ello.

Visiones de un futuro, 
recuerdos de un pasado.


Koldo Moreno



Fondo: Efecto de sonido gratuito (arroyo), obtenido en sfx.freeaudiolibrary.com