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“Nadie escucha a nadie. No puedo hablarles a las paredes. No puedo hablar con mi mujer; ella escucha las paredes. Quiero que alguien oiga lo que tengo que decir. Y quizá, si hablo bastante, adquiera sentido. Y quiero que usted me enseñe a comprender lo que leo”. Fahrenheit 451, Ray Bradbury.

“La destrucción de las palabras es algo de gran hermosura. Por supuesto, las principales víctimas son los verbos y los adjetivos, pero también hay centenares de nombres de los que puede uno prescindir”. 1984, George Orwell.

¿Y si Montag (protagonista de Fahrenheit 451) y Winston (protagonista de 1984) se encontrasen. ¿Qué se contarían el uno al otro? Este es el punto de partida para construir un diálogo a partir de la lectura de estas dos novelas que suelen calificarse como distópicas.

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