El tema de la naturaleza está omnipresente en la poesía. Desde el locus amoneus donde se exaltaba un paraje idílico, de florecillas olorosas, ríos de aguas cristalinas… hasta la naturaleza salvaje, e incluso tétrica, de la época romántica, siempre ha habido un lugar para los campos y los paisajes.
Gabriel y Galán en Campos vírgenes retrata la rica tierra bravía extremeña. Josefa Borrega pone voz y acento a los versos del poeta.
En este otro poema, Machado, en tono intimista, se dirige al olmo seco y deposita en él la esperanza, el milagro de la naturaleza, (de fondo siempre latiendo su amada Leonor y la enfermedad de esta) anotando “la gracia de su rama verdecida”. Lee el poema Cecilia Lumbreras.
.